Clase 1 Una aproximación filogenética

Desarrollo filogenético

El desarrollo filogenético, cuyo origen etimológico se compone de dos partes, filio; lazo o vínculo, y genético; inicio, génesis o comienzo de algo, está íntimamente relacionado con la reproducción, puesto que el ser humano está genéticamente preparado para ello, de ahí el origen etimológico de la palabra sexo, que proviene del “sexum”, secare o cortar, dos cosas que por esencia estaban unidas, se separan, por lo tanto al momento de esta nueva unión, se produce la reproducción sexual, gracias al dimorfismo sexual, lo que va a dar como producto a una persona, hijo o hija, y con ello un desarrollo evolutivo continuo.

Existen tres hechos que hacen posible la reproducción, sin alguno de estos hechos, el ser humano no sería posible. El primero es el hecho biológico, todo comienza con este dimorfismo sexual, dos partes morfológicamente diferentes, que unidas darán comienzo a la vida. El segundo es el hecho Psicológico, nos asegura que estas dos formas distintas se atraigan, existe una necesidad de acercamiento con el otro, ya sea para conversar, para mirar, etc, para cualquier interacción con el otro necesito cercanía, una interacción donde nace el enamoramiento, una vinculación afectiva o apego. Si no existiera esta necesidad de acercamiento no existiría vínculo, por ende no habría reproducción, ya que para ello, obligadamente necesitamos del otro, hasta el momento no existe la autofecundación. El hecho social, el tercero, hace que esta vinculación sea afectiva, nos brinda seguridad básica, socialización y estabilidad emocional. Es aquel consenso a través del cuál garantizo ciertas formas de reproducción, y una vez más por ende, el desarrollo de la vida humana.

Por lo tanto, este dimorfismo sexual, el deseo sexual y el vínculo afectivo permiten la regulación de la vida en pareja. Es por esta razón que el sexo establece un modelo Bio-psico-social.
Nos vamos transformando en personas a través de la vinculación con nosotros mismos (relación intrapersonal), con otras personas (interpersonal), ya que necesitamos ser reconocidos, necesitamos de las relaciones, ya sean estas profesionales, sentimentales o amorosas. Existe la razón y la relación que nos llevan a esta vinculación, la relación es el elemento más importante para convertirnos en personas, la relación exige apertura, permito que los demás me digan lo que yo soy, si no hay apertura, no existimos, ya que “todo sistema cerrado tiende a la muerte”. Como personas nos transformamos por otros, a través de la crianza. Nos transformamos de seres humanos a personas a medida que nos vamos desarrollando, a medida que cada una de nuestras relaciones nos van moldeando, todo se “aprehende”, la cultura, el lenguaje, el movimiento corporal, las posturas y hasta los mismos pensamientos y sentimientos, tomamos lo ajeno a través de las relaciones interpersonales y lo hacemos nuestro. Me construyo en razón de otros, de mis padres, de mis amigos, de los que me rodean.

Nuestra mirada tiene varias versiones, tiene ángulos y una pequeña porción de lo que empiezo a captar, hay muchas otras cosas que no podemos ver. Todo lo que el ser humano sabe y espera del universo y todo lo que cree, depende de la manera de cómo se ve a si mismo, debido a que no puede concebir nada si no es a través de su propia concepción.

Ética

La persona es una construcción humana, que se desarrolla a través del tiempo, un personaje que se va moldeando, el ser humano es aquel perteneciente a la especie, y que nace como tal.

La persona es quien está sujeta a la moral y a la ética. La moral está determinada por las culturas, por un consenso colectivo, es aquello que mora en mí, es decir habita en mí, me ha invadido la conciencia, define como pienso, como actúo, como tomo desiciones y hasta con quien formo pareja, es lo individual, lo propio, nadie está exento de moral, por lo tanto, no existe lo inmoral. Es lo que cada uno tiene en su pensamiento, un carácter o costumbre personal.


La ética que proviene el griego “ethos”, cuyo significado es establo, lugar habituado para que los animales duerman todas las noches, un hábito, algo que realizo reiteradas veces, una costumbre colectiva. Tiene que ver con la jurisprudencia, con las leyes, carácter o costumbre colectivo, nace de la necesidad de tener códigos de convivencia.

Las desiciones anti-éticas atentan contra un colectivo. A través de esto buscamos como actúa y cómo es la persona. Pueden ser virtuosos, hombres que alcanzan la máxima expresión en el bien de una cualidad, pero siempre en el punto medio, en el justo medio.
Aquel vicioso, es aquel que llega al extremo, por exceso o por defecto, donde falto o sobró algo.
La ética y la moral evidencian la costumbre de actuar y el carácter de ser, otorgan un sello personal en el actuar de cada uno de nosotros. Es así como Aristóteles plantea a dos tipos de personas, las viciosas y las virtuosas. El vicioso es el que está en ambos extremos, desequilibrado por exceso o por defecto, y aquella persona virtuosa es quien alcanza el justo medio entre ambos. Existen dos tipos de virtudes. Las virtudes cardinales, como la prudencia; la madre de todas las virtudes, ya que encuentra el justo medio entre ambos extremos, es conocida como al virtud rectora, la justicia; se da a cada cual lo suyo, lo que le corresponde, la fortaleza; es la valentía, y la templanza; el control de la pasión. Entre las virtudes teologales encontramos la fe; que es tener certeza de lo que no podemos ver, la esperanza; espera lo que aún no se cumple, y la caridad; “dar hasta que duela”.

Bioética

La bioética es una rama de la ética, que se aplica a la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la salud, analizando los valores y principios morales, en cambio la ética se aplica a la conducta humana y a la no humana. La bioética no solo se aplica al ámbito médico, sino que incluye todos los dilemas morales que involucran a la vida humana en general, extendiendo su campo a problemas relacionados con el medio ambiente, negligencias, encarnizamiento terapéutico, manipulación genética y al debido trato que las personas deben tener con los animales.

A partir de lo avances tecnológicos, el desarrollo científico-técnico, la hiper-especialización de los individuos en diversos ámbitos de la medicina, las técnicas de soporte vital y por sobre todo de la ingeniería genética, la bioética busca el bien del hombre en situaciones de enfermedad y nos lleva a actuar según las virtudes.
Los principios bioéticos son: la autonomía, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia.

Con estos principios podemos analizar situaciones, que siendo de una manera podrían ser de otra, y se deliberan, llevando a cabo una actividad moral donde se ejercita y se actualiza el hecho de libertad personal, aquí y ahora, no se delibera del pasado ni de los hechos, sino de la interpretación que hacemos de ellos y se contrastan hechos biológicos con los valores humanos. La deliberación es un acto complejo, que implica conocimiento no sólo científico, sino saber acerca del fin que se quiere lograr y las consecuencias que pueden conllevar una determinada acción diagnóstica o terapéutica.
Es un acto interior a nuestra conciencia, por ende consideramos los pro y los contra en todo momento.

Análisis y aplicación al rol de enfermería

A menudo escuchamos frases como:”eso es anti-ético”, “qué inmoral” o “no es para nada ético”. En las relaciones interpersonales durante nuestras vidas deliberamos diariamente acerca de problemas éticos o morales, lo que se ve incrementado considerablemente al ser alumnas de enfermería, nos preguntan qué opinamos de un determinado tema, ya que suponen que tenemos cierto conocimiento de las ciencias médicas, ligada fuertemente por el común de la gente a la bioética. Al meditar en torno al tema, nos damos cuenta que deliberar en uno de los actos más complejos de la bioética, requiere de muchas condiciones para quien lo hace, y es lo que necesitamos adquirir durante nuestra carrera, cada una de nosotras necesita desarrollar estos valores que son inmensamente necesarios para que cada una de las personas que se vincule a nosotras durante este periodo como alumnas, luego en nuestra vida laboral y personal, tenga lo que se merece. Suena extraño, pero ¿quién es cada uno de nosotros para decidir lo justo y lo injusto?, es ahí el problema, como se dijo en la clase, nosotras no deliberamos hechos, sino la interpretación que hacemos de ellos, lo que denota que es un acto netamente subjetivo, es una deliberación moral, pero requiere de las leyes colectivas, de la ética al fin y al cabo.

Uno de los principios más importantes es el de la beneficencia y la no maleficencia, que unido a la madre de los valores, la prudencia, nos llevan a encontrar el punto medio, el justo medio entre los extremos, ese que no daña a nadie, que hace el bien y no el mal, en determinadas cuentas, ese que establece la justicia, sin embargo somos personas, y como tal, subjetivas en cada uno de nuestros pensamientos.

Al aplicar el proceso de enfermería en su conjunto estamos cumpliendo nuestro rol, teniendo en cuenta que cada una de las cosas que dejamos de hacer, por falta de conocimientos, de profesionalismo, de tiempo, entre otras, hacen que no cumplamos este principio y sin querer lleguemos a hacer el mal a uno de nuestros pacientes, por negligencia. Tenemos que ser capaces como profesionales de elegir la mejor manera de ayudar al paciente, siempre en pro de este, sin dejar de lado a su familia.

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